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Las memorias, la obesidad y el hipotálamo (página 2)




Enviado por Felix Larocca



Partes: 1, 2

 

Lo que no se reportó fue mejora en la obesidad de la
que el paciente sufriera — lo que no parece ser extraordinario
y, quizás, preferible para el sujeto de la
estimulación cerebral profunda.

Hablemos, entonces, de la estimulación cerebral
profunda.

El procedimiento que
se aplicara a este paciente se conoce como la Estimulación
Cerebral Profunda (EPC) el cual se describe de
inmediato

La EPC posee eficacia
establecida en enfermedades con trastornos
del control de los
movimientos como el Parkinson, los
temblores esenciales y la distonía muscular.

Como procedimiento, es esencialmente una técnica
de neurocirugía introducida en Francia a
finales de los 80s. Ésta se basa en modificar los
síntomas motores de las
condiciones descritas mediante la regulación de la
actividad neuronal anormal, generada en la zona cerebral que
controla los movimientos. Como técnica, consiste en la
implantación de un dispositivo, similar a un marcapasos,
que genera impulsos eléctricos que inciden en las
áreas cerebrales del control muscular. Esta terapia ha
mostrado su eficacia y está autorizada para el tratamiento
de las tres entidades descritas en el párrafo
anterior.

No para la obesidad en ninguna de sus formas y
variedades.

Portentos futuros

El pasado año la prestigiosa revista
Nature publicó uno de los reportes más
espectaculares de esta técnica, en el caso de un paciente
que "despertó" de un estado
vegetativo, semi-comatoso, en el que se encontraba por seis
años. Este estado se caracterizaba por fases intermitentes
de conciencia, a
diferencia de lo que sería el estado
vegetativo persistente. Gracias al procedimiento, el paciente, un
hombre de 38
años que se hallaba en esta situación, como
consecuencia de lesiones cerebrales graves, consiguió
ingerir alimentos y
producir algún habla.

La Persistencia de la Memoria por Salvador
Dalí

Los investigadores, en este caso, implantaron electrodos
que enviaban impulsos eléctricos al tálamo, zona
profunda del cerebro que
participa en la regulación de la consciencia. Los
electrodos partían de una especie de marcapasos implantado
subcutáneamente en el tórax del paciente.
Según los investigadores, la técnica podría
ser aplicable a individuos en un estado similar aunque
puntualizan que este es un caso aislado y que podría no
ser extrapolable a otros casos.

La depresión
mayor es otra de las condiciones que se están
investigando. Hasta el momento las exploraciones, que se
están realizando en EE.UU. y la Unión
Europea, han arrojado resultados equívocos en una
mayoría de los casos. La razón puede residir en el
hecho de que la definición de la Depresión, como
entidad clínica, es imprecisa, gracias a la
confusión creada por DSM-IV. (Véanse mis
artículos al respecto).

Estructuras cerebrales de la memoria

La memoria se define
como la capacidad de almacenar y recuperar información. Su función
primordial es la de crear una experiencia que permita evaluar los
hechos cotidianos y prepararnos para el futuro. Los recuerdos
existen y persisten en tanto que éstos resulten
útiles, por lo que a menudo se reemplazan por nuevas
memorias. No
se trata de una función circunscrita que está
localizada en un punto específico del encéfalo,
sino que reside en una serie de sistemas
interconectados. El aprendizaje y
la memoria son
funciones
cerebrales que van conjuntas, ya que en el cerebro existen
áreas para ambas que actúan como una red, en la cual cada
región tiene un rol diferente.

Existen distintas clases de memoria según su
duración y el tipo de recuerdo almacenado:

  • La memoria inmediata (de duración
    fugaz),
  • La memoria a corto plazo (que dura unas pocas
    horas)
  • La memoria a largo plazo (que dura de semanas a
    años).

En función de la naturaleza de
los recuerdos; se habla de memoria implícita, que
se refiere a sensaciones y habilidades que se evocan de modo
inconsciente (olores o sensaciones táctiles), y de
memoria explícita, que implica hechos, personas,
lugares o eventos que se
recuerdan mediante un esfuerzo consciente. (Para un estudio
detallado, véase The Tangled Wing por M.
Konner).

Los tipos de
memoria se localizan en distintas áreas cerebrales
identificadas gracias a estudios de pacientes a los que se
había extirpado alguna zona cerebral, y a sujetos
sometidos a cirugía cerebral cuya corteza fuera estimulada
eléctricamente en distintos puntos. A nivel de los
lóbulos temporales cerebrales mediales se encuentra la
memoria a corto plazo. Por este motivo, pacientes con lesiones es
esta región no recuerdan eventos del mismo día
pero, pero, en cambio,
recuerdan fácilmente episodios de su infancia.

Otra área importante en este respecto, es la
corteza cerebral, y, en particular, la zona pre frontal, la cual
posee un papel clave en la retención a corto plazo, y una
de las zonas que se deteriora con el envejecimiento. Otra
región de importancia es la del sistema
límbico. Este último es un conjunto de estructuras
situadas debajo de la corteza cerebral que comprende el
tálamo, el hipotálamo, el hipocampo, el
fórnix y la amígdala cerebral. Este sistema
está involucrado en el aprendizaje y en
la formación de la memoria corto y a largo plazo.
(Véanse mis artículos acerca de P. P. Gage y de la
Neurociencia).

En la enfermedad de Alzheimer se
producen cambios anatómicos que involucran el
último sistema mencionado. Las personas con deterioro
cognitivo leve, considerado como estado intermedio entre
envejecimiento normal y enfermedad Alzheimer, también
muestran reducción de volumen del
hipocampo.

A continuación proseguimos con la
presentación de los hechos esenciales en las memorias
hipotalámicas

Las memorias hipotalámicas y su
significado

Dr. Félix E. F. Larocca

En la ciudad Toronto, el pasado mes de agosto del 2007,
se celebró una conferencia
internacional acerca de las disorexias en general y de la
obesidad en particular.

Dos estudios que fuesen presentados como parte de los
trabajos científicos atrajeron la atención de la prensa
internacionalmente. En uno de los estudios, que se llevase a cabo
en la Colorado State University en Denver, los
investigadores dividieron tres grupos de
voluntarios a quienes le administraran tres regímenes
dietéticos básicamente diferentes: Un grupo
recibió 60% de las calorías de su dieta en forma de grasa,
mientras que el otro grupo recibió solamente 20% de sus
calorías de este modo. El tercer grupo de voluntarios
recibió la mayoría de sus calorías en forma
de carbohidratos
complejos (como serían la yuca, el casabe, la papa y/o el
arroz en nuestro medio).

El espécimen a mano izquierda es Hugh Rodham,
hermano de Hillary R. Clinton. El otro, que queda a la derecha,
es el esposo, Bill. Víctima de la "amnesia", siempre y
cuando lo que se trata es de recordar es la verdad.

Los resultados del estudio fueron predecibles: El grupo
con la mayor cantidad de grasa ganó mucho peso, el grupo
con el 20% de grasa ganó de peso también, pero
ganó menos, el tercer grupo permaneciendo estable en lo
que respectaba al peso.

Discusión

En nuestra opinión este proyecto
"científico" fue diseñado muy pobremente, ya que
una dieta que contiene un 20% de grasa es una dieta mal
balanceada (aunque en un país de tanta gordura como lo es
los EE.UU. eso se considere aceptable). Los investigadores,
también, cometieron el error de no decirnos cuántas
calorías de grasa estaban consumiendo los tres grupos
antes de comenzar el estudio; y, finalmente, llegando a la
conclusión, sin evidencias, de
que "el ejercicio físico es factor indispensable para
evitar el sobrepeso"… que no siempre lo es.

El otro estudio que se presentara durante la conferencia
el cual, también atraería atención
internacional, fue resultado de los esfuerzos de un colega
nuestro, el afamado A. Stunkard de la Pennsylvania State
University
en Filadelfia. Stunkard y sus colaboradores
describieron un "síndrome" el cual apodaran "El
Síndrome del Apetito Voraz Nocturno". En esta
condición, la víctima desarrolla un apetito
insaciable que se incrementa con la progresión y el
proceso de la
noche, provocando el consumo de
cantidades "enormes" de comida de alto contenido calórico.
El remedio para este síndrome, que ofrece, el grupo de
Stunkard, resulta siendo lo más inverosímil: "comer
(sí comer) un desayuno y un almuerzo sensible" —
es todo…

He aquí el lugar donde los resultados de nuestras
propias investigaciones
ofrecen una explicación — la única
explicación — para este asunto — ya que nuestros
colegas, en la bella urbe de Toronto, no ofrecieron
ninguna.

Nuestro hipotálamo cerebral descarga los deberes
de proteger nuestra existencia de modo automático y
mecánico. Pero, para poder llevar a
cabo sus delicadas misiones, lo hace a través de las
funciones que los neurotransmisores — mensajeros de "memorias"
reflejas depositan en él — las cuales se evocan cuando
situaciones sobrevienen que imitan las circunstancias que
hicieron posible la "memoria" inicial.

Dieta paleolítica

Nos explicamos

De este modo se inicia el ciclo vicioso del "Apetito
Voraz":

Estrés→ hambre → consumo de comida en
exceso → consumo excesivo → estrés
→ hambre — y así continúa el ciclo como en
moto perpetuo.

No, ni el desayuno ni el almuerzo (no importa
cuán "moderados" sean) alivian (porque no pueden
aliviar) esta condición, sino que la empeoran.

Para el apetito voraz

El desayuno en sí, no es una comida esencial para
nosotros (como hemos visto en mis artículos al respecto).
Si tuviéramos acceso a un desayuno opíparo en
nuestro estado aborigen, en lugar de salir a procurar comida
(durante el período Paleolítico) sencillamente nos
contentaríamos con jugar y reposar — porque lo que
motiva y estimula nuestros esfuerzos, es el hambre.

El remedio, para la atrocidad de nomenclatura del
"Apetito Voraz", reside en la adopción
de la dieta que la Naturaleza nos asignara: La Dieta
Paleolítica, la que ha sido distorsionada y hecho
irreconocible por tantos que dicen "entenderla".

En resumen

Parecería extremo el implantar electrodos para
regular el apetito y controlar la obesidad
mórbida.

El tratamiento de la gordura, aún en sus formas
leves, permanece un rompecabezas insoluble, como hemos visto en
mi artículo La Opción de Hobson en
psikis.cl y en
monografías.com.

El tratamiento de las disfunciones de la memoria, es un
capítulo de la neurociencia que merita mayor
entendimiento, incluyendo la aplicación de
metodologías que involucren el sentido de lo que sabemos
acerca de las memorias reflejas y de las que son
traumáticas.

Bibliografía

  • Larocca, F. E. F: La Dieta Paleolítica:
    Paraíso Perdido
    Primera Conferencia de Arqueología del Caribe Patrocinada por la
    OEA, Altos
    de Chavón (Agosto, 1995)
  • Stein, R: New Study Links Stress, Obesity
    Washington Post
    July 1, 2007
  • Bibliografía adicional
    suministrada por solicitud.

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F.
Larocca

Partes: 1, 2
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